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Querido Humberto:

9 de junio de 2018


Estas elecciones han sido históricas para mí. Desde que tengo edad para votar, hace 10 años ya, no me había interesado tanto en una contienda como en esta. 

Siempre he sostenido que el único político de quien espero un ejercicio honesto y cercano a la búsqueda de bien social es Antanas Mockus, aunque no apoye todas sus decisiones o sea crítica frente a sus equivocaciones, sin embargo, durante estas elecciones tuve la capacidad de conocerte y escucharte, lo cual me pareció genial. 

La manera cómo hablabas desde lo racional y lo objetivo, para defender la paz y la unidad, me sorprendió bastante. Tu preparación y experiencia se vio reflejada en tu discurso, y fuera de promesas imposibles de cumplir, yo escuché una lectura de la realidad muy buena, con un proyecto de cambio real. 

Espero que todo lo que pasó no te aleje de los escenarios políticos y sociales, y que entiendas que es hora de alejarse del oportunismo de los partidos tradicionales, que aunque traten de ocultarlo también son responsables de la guerra en este país, se han callado contra la corrupción y ahora se alían todos con todos sin importar o cuestionar los antecedentes políticos de los demás.

 Veo con tristeza cómo están haciendo trizas el acuerdo de paz, y no solo los “respetables” e “inteligentes” integrantes del centro democrático que se han comprometido a joderlo todo porque ellos si son “gente de bien”, sino también todos aquellos que no nos hemos comprometido con la implementación; y creo alguien como tú es una persona adecuada para veer por eso, como ciudadano político y líder.

Hay muchas cosas de las que me gustaría discutir contigo, porque entender la desinformación en la que vive este país me ha sido difícil, me ha costado discusiones, frustración y últimamente hasta darme cuenta de que debo cambiar mi método, ya que la gente no está siempre dispuesta a dar valor a mis ideas y yo debo dejar de responder de manera ofensiva a eso en concordancia con la construcción de paz. 

Frente a tu decisión de votar en blanco creo que estás en todo tu derecho ciudadano, aunque no creo que sea la mejor decisión. Tristemente, después de esta segunda vuelta alguien va a ser presidente, a pesar de los que no quieren a ninguno. Desde mi perspectiva personal, creo que un candidato realmente comprometido socialmente debe buscar lo mejor para el colectivo y si ninguna de las dos propuestas lo es, debe asumir el liderazgo político para que esas propuestas cambien y se acerquen un poco más a algo que pueda trazar un camino o representar pequeños pasos en la búsqueda de bienestar para todos. 

Eso se hace debatiendo, pactando compromisos y llegando a acuerdos o por lo menos intentándolo (tú apoyaste la negociación más grande que ha habido en Colombia, dónde los dos bandos más diferentes pudieron unirse en búsqueda de un bien común y con todos sus defectos y sapos como dicen por ahí, ha sido el único acuerdo real y concreto al que se ha podido llegar, acuerdo que por cierto ha salvado muchas vidas). Por otro lado, cómo sabes tú más que yo, hay mecanismos de control político y social que te permitirían exigir que tus acuerdos con cualquier candidato se cumplan. 

Desde mi perspectiva, en tus seguidores he encontrado críticas y argumentos serios, y creo que ellos estarían dispuestos a entender y analizar una alianza siempre que esté basada en argumentos racionales y coherentes con sus ideales y valores. Hay muchas razones que puedo darte para lo que digo y espero algún día poder decírtelas de frente y escuchar tu posición. Mientras tanto, te invito a que lo evalúes y lo pienses en esta semana que queda. 

Colombia necesita empezar a caminar en la vía del bien colectivo y, aunque con  trasfondo y objetivos diferentes, debemos aprender de los de siempre de su capacidad para unirse a pesar de sus diferencias ( aunque lo de ellos sea por intereses individuales y la intención de esta propuesta no sea esa), por esta razón es que siempre han estado en el poder. Debemos unirnos y hacer acuerdos para trabajar juntos; ser crítico, pero analizar hasta dónde podemos ceder sin comprometer nuestra ética; dar y exigir; aprender a ponernos en los zapatos de otros, aunque cueste; entender que la forma de influenciar a otros no es a través de la confrontación; y ser pacientes. 

Yo creo que tú eres una persona que puede representar esta idea y que hay muchos como yo que estamos dispuestos a dar de nosotros mismos y empezar por allí para intentarlo. 

Se lo debemos a todos aquellos que han recibido las consecuencias del conflicto armado, la pobreza estructural, la corrupción y que nunca han podido elegir. 

Se lo debemos a todos los que han muerto por defender los derechos humanos. 

Nos lo debemos a todos los que no hemos recibido educación de calidad, debido a la falta de contexto, y nos lo debemos mutuamente. 

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